Los retos de la estudiante Esmeralda Richiez fueron sepultados la tarde de este miércoles, en medio del dolor la familia pide justicia.
Higüey.- El carro fúnebre con el cuerpo sin vida de la joven partió desde la funeraria Ávila hasta su última morada en el cementerio municipal de El Bonao, comunidad La Otra Banda, municipio Higüey.
En el cementerio, los familiares, compañeros de estudios y la comunidad en sentido general no pudieron ocultar su dolor y el desconsuelo tras la partida física de Esmeralda, joven que describieron como amable, cariñosa y bondadosa.
La hermana de Esmeralda, Yurimar Richiez, aferrada al ataúd, lloraba desconsolada la partida de quien era para ella “su princesa, su barbie”.
“No me quiten a mi hermana, ella no está muerta, despierta, despierta”, decía con insistencia.
Tanto la madre como el padre de Esmeralda clamaban a Dios por el dolor tan grande que sentían al despedir a su hija.