De Interés Popular
SANTO DOMINGO.- Que se hayan sentido dos movimientos de tierra en menos de siete días ha alertado a unos, y aterrorizado a otros. El terremoto que el 29 de enero 2023 sacudió gran parte del país con una magnitud de 4.4 en la escala de Richter y cuatro días más tarde, la tierra volvió a temblar y esta vez con magnitud de 5.3.
Estos sismos han sido tema de conversación en todos los niveles sociales. A muchas personas el pánico le invadió y no es para menos, hoy vivimos en una sociedad dónde los “memes” recorren el país y hasta el mundo, con mucha facilidad, pero no así información valiosa sobre medidas a tomar antes, durante y después de un terremoto, amén de que somos un país con catorce fallas geológicas.
Duele que el desconocimiento casi generalizado sobre las medidas que se deben tomar como mitigación a los efectos de un terremoto incluya a muchos comunicadores que cuando hay sismo ni saben que hacer, ni orientan a la población. Los múltiples videos que se han hecho virales lo demuestran.
La amenaza sísmica de la isla es una realidad y sea la falla que generó el terremoto en Haití ese fatídico 12 de enero de 2010 dejando al menos 316 mil personas sin vida, o sea otra de las catorce fallas, en su momento producirá un fuerte sismo en la República Dominicana. De hecho, se pueden asumir estos dos últimos como un simple aviso, o como dos sustos que se ha llevado la población para no tener que recurrir a la historia de los daños que hemos tenido en el pasado y que han causado dolor, llanto, destrucción y muertes.
Y hoy si queremos tener un espejo reciente de lo que puede ocurrir en unos segundos con la ocurrencia de un terremoto, miremos con atención a Turquía y Siria, al día de hoy, con más de 25 mil personas fallecidas y miles de decenas de heridos.
Y ante esta realidad que nos asecha y seguros de que la tierra temblará fuerte que afectará la República Dominica, sin previo aviso y en cualquier momento, sería de rigor preguntar:
¿Se están haciendo simulacros efectivos de evacuaciones ante un terremoto en las escuelas?, ¿Se están reforzando las escuelas para que en caso de un terremoto no colapsen?, ¿Se están asegurando las instituciones responsables del tema, de que se construya para que no colapsen las edificaciones y las infraestructuras?, ¿Está el sector privado y el público haciendo construcciones realmente antisísmicas?,…
¿Colapsarán los puentes, los hospitales y las clínicas si hay un terremoto importante?, ¿Se está difundiendo material educativo por medios efectivos para que los CCC (Ciudadanos Comunes y Corrientes) conozcan las medidas a tomar antes, durante y después de un sismo?, ¿La sociedad civil y/o el tercer sector está trabajando en la dirección de salvar vidas orientando sobre medidas ante un terremoto?…
Faltan preguntas, pero más que eso, faltan acciones para que se puedan responder estas y otras, de manera que favorezcan la preservación de la vida ante la ocurrencia de un terremoto. Hace falta que todos los sectores nos sumemos para juntos construir la resiliencia que se necesitará ante un fuerte terremoto que repito en cualquier momento puede ocurrir.
Por Fausto Estevez