SANTO DOMINGO.- Juan Pablo Duarte, nacido en Santo Domingo el 26 de enero del año 1813 fue un ilustre patriota, principal ideólogo del movimiento independentista que concluyó con lograr la separación de Haití y dar inicio a un Estado libre e independiente llamado República Dominicana en 1844.
Recordar su natalicio, familia, cómo murió, sus aportes para la independencia o quizás algunos de sus pensamientos como “Vivir sin Patria, es lo mismo que vivir sin honor” es solo un punto de partida para escudriñar más allá sobre su valentía, nobleza, amor por la libertad y la materialización de su gran sueño hecho realidad.
Duarte fue un político, escritor y líder revolucionario dominicano, considerado el principal fundador de la República Dominicana. En su juventud, estudió en Europa, donde se inspiró en las ideas liberales y nacionalistas.
Su legado se forjó en las diversas ideas y movimientos que sentaron las bases para que un grupo de hombres y mujeres despertaran su amor por la soberanía y el compromiso promisorio por la lucha por una tierra libre de toda potencia extranjera.
La Trinitaria
Con la creación de la Sociedad Secreta “La Trinitaria” fundada el 16 de julio en 1838 bajo lema “Dios, Patria y Libertad”, comienza el largo camino que tiene como objetivo la creación de una nueva república que implicaba librar la mitad de la isla del mando haitiano.
Su objetivo de realizar acciones tendentes a independizar la parte Este de La Española de la ocupación haitiana y formar el Estado independiente que llamarían República Dominicana. El nombre La Trinitaria les fue puesto en honor a la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo.
Juan Isidro Pérez, Félix María Ruiz, Pedro Alejandro Pina, José María Serra de Castro, Juan Alejandro Acosta, Juan Nepomuceno Ravelo, Benito González, Jacinto de la Concha y Felipe Alfau, fueron aquellos que se destacaron como parte de la sociedad secreta La Trinitaria, encabezada por Juan Palo Duarte.
Juramento Trinitario
Las ideas independentistas de Duarte como fundador de La Trinitaria sirvieron de base para plasmar y comprometer a los integrantes del movimiento a unirse a las ideas del su sueño de soberanía a través del Juramento de la Trinitaria.
Juramento
“En nombre de la santísima, Augustísima e indivisible Trinidad de Dios Omnipotente: Juro y prometo por mi honor y mi conciencia, en manos de nuestro presidente Juan Pablo Duarte, cooperar con mi persona, vida y bienes a la separación definitiva del gobierno haitiano, y a implantar una Republica libre e independiente de toda dominación extranjera que se denominará República Dominicana, la cual tendrá su pabellón tricolor en cuartos, encarnados y azules, atravesados con una cruz blanca. Mientras tanto seremos reconocidos los Trinitarios con las palabras sacramentales: Dios, Patria y Libertad. Así lo prometo ante Dios y el Mundo, si tal hago, Dios me proteja: Y de no, me lo tome en cuenta, y mis consocios me castiguen el perjurio y la traición, si los vendo”.
Este trozo del juramento muestra una promesa solemne, un compromiso formal, que se enmarca en un contexto histórico y político específico, la lucha frente al Gobierno haitiano y otras influencias extranjeras.

Luego de haberse dicho el juramento, los trinitarios firmaron el pliego anteponiendo una cruz al nombre de cada cual. Duarte entonces dijo: No es la cruz el signo del padecimiento; es el símbolo de la redención. Queda bajo su égida constituida La Trinitaria, y cada uno de sus nueve socios obligado a reconstituirla, mientras exista uno, hasta cumplir el voto que hacemos de redimir la patria del poder de los haitianos.
Duarte puso parte de sus bienes al servicio de la independencia, provocando su ruina económica y la de su familia, poseedora de muchos bienes procedentes del comercio marítimo que creó su padre.
En el año 1843, cuando se inició la guerra de la Independencia contra la dominación haitiana, Duarte encabezó a los insurgentes. Fracasada la rebelión, de carácter liberal progresista, se exilió en Venezuela.
Hablemos sobre la Filantrópica
“Los ‘trinitarios’ tuvieron que cerrar sus reuniones secretas, pero su sueño de un país libre seguía vivo. Entonces, crearon ‘La Filantrópica’, un club donde podían hablar abiertamente sobre sus ideas.
¡Era como una llama que nunca se apagaba! Se reunían en casa de Pedro Pina y daban discursos que emocionaban a la gente. Las sesiones de La Filantrópica eran públicas, y se pronunciaban “discursos”, que “algunos del pueblo se aplicaban a oír y algunas veces aplaudían con entusiasmo”, de los cuales, lamentablemente, no queda copia alguna.
La organización transformó el viejo edificio de “La Antigua Cárcel Pública” (hoy Museo de la Catedral) en un teatro capaz de recibir cómodamente a cientos de espectadores. Fue construido por un servidor patriota llamado Manuel Guerrero para poner en escena tragedia y comedias llamadas a despertar el espíritu patriótico.
Otros de los ideales de Duarte tuvieron que ver directamente con promover las características que hacían diferente a los dominicanos de los haitianos. De igual manera buscaba convencer a los miembros de La Trinitariade la necesidad de una constitución propia que garantizara los derechos y deberes de los dominicanos.
Su nobleza y sacrificios hacían un de este prócer y punto de referencia clave para fortalecer los ideales patrióticos y valores morales de los que se unían a la lucha del gran sueño independentista
Pensamientos de Duarte
- “Trabajemos por y para la patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos”
- “Dios ha de concederme bastante fortaleza para no descender a la tumba sin dejar a mi Patria libre, independiente y triunfante”.
- “Nuestra Patria ha de ser libre e independiente de toda potencia extranjera o se hunde la isla”.
- “Hay palabras que por las ideas que revelan llaman nuestra atención y atraen nuestras simpatías hacia los seres que las pronuncian”.
- “Mientras no se escarmiente a los traidores como se debe, los buenos y verdaderos dominicanos serán víctimas de sus maquinaciones”.
Este domingo en la conmemoración de sus 202 años de su natalicio, recordamos a Duarte como figura emblemática de la independencia dominicana, su legado de lucha, patriotismo y valores democráticos que siguen siendo relevantes en la actualidad. Sus ideales de libertad, soberanía y unión nacional son faros que iluminan el camino hacia un futuro más justo y próspero para nuestro país.
Honrar su memoria implica comprometernos a construir una sociedad basada en la igualdad, la justicia social y el respeto a las instituciones. Solo así podremos consolidar la nación que Duarte soñó y garantizar un mejor porvenir para las generaciones venideras.